Y tú?

Locos somos quienes vivimos en nuestro mundo... personas que somos diferentes de los demás, y nosotros, los nadadores, nos diferenciamos de los otros deportistas porque estamos locos, somos masocas del deporte, del dolor, de la fatiga...

Yo te puedo decir que si lo estoy. Desde hace mucho tiempo me di cuenta que era diferente a los demás. Lo mejor de todo era que había otros que tenían los mismos síntomas que yo. Cuando decidí ser nadadora y entrenar mis primeros kilómetros al día, me dijeron mis amigos que era algo fuera de lo normal. Al ver que no iba a fiestas, me decían que estaba loca, por entrenar los fines de semana que estaban hechos para descansar y para actividades sociales. Gente en coches de madrugada... y a quienes se les hizo "temprano" salir de la fiesta. Y nosotros apurados en llegar temprano al entreno... Si supieran las pocas horas que dormimos se dirían a si mismos: "estos locos..."
Cuando estamos a menos de 13 grados, está lloviendo, hace aire, pero todavía faltan 10 de 200 con 30 segundos de descanso, seguramente dirían que nos falta un tornillo. Cuando comemos 6 veces al dÍa y no le metemos chatarra a la comida, es un ajuste de nuestra personalida obsesiva. Llamamos dieta a comer y no a dejar de hacerlo. Cuando salimos de viaje, lo primero que nos pasa por la cabeza es preguntarnos: ¿Dónde podré nadar?. Preguntas lo mismo en recepción y el encargado te mira como con falta de cordura. En ese mismo viaje, al bajar a comer, revisas el menú en busca de pasta, sino la hay, preguntas si es posible ese plato. Al hacer las maletas, lo primero que pones en tu mochila son los bañadores, las gafas y el gorro y luego lo demás por si se te olvida lo otro.
Estamos locos, según algunos que no entienden que en vez de ir a una fiesta preferimos ver una retransmisión de alguna competición. Nos quedamos embobados aunque los medios solo le den 30 minutos de lo que para nosotros es nuestra vida.
Somos masoquistas al disfrutar del dolor. Y que, ¿Soy una loca si digo que por mis venas no corre sangre sino cloro? Pero como el picante, esto es solo para poder ponerle sabor a nuestras vidas.
Soy una loca que me encontré con esta disciplina donde dar vueltas a un ollo de 25 o 50 metros era y es una extensión muy importante en mi vida. Soy una loca que encontré en esta disciplina que participar era lo más importante, pero que el llegar delante de mi siguiente competidor me daba otra razón más para seguir y entrenar mas duro. Soy una loca que ve pasar su vida en menos de un segundo cuando el juez de salida da el "preparados" y siente que toda la adrenalina explota en ese momento.
Comparado con los triatletas estamos 3 veces más locos; nadamos igual, entrenamos más que un ciclista y tenemos más resistencia que un corredor. Pero es lo que quiero ser, una loca que ama lo que hace, y ese dolor bendito de cada día, es la energía que me levanta cada mañana y me hará disfrutar de las mieles de la victoria el día de la competición.


No somos como los demás, somos NADADORES, somos los mejores.
Soy nadadora y sí, ESTOY LOCA.


y tú?

A mi salud.

Aunque no te importe... Hoy estoy triste.
Me siento tan mal... Y la cuestión es el no saber por qué estoy así.
Es tan frustrante que no paro de darle vueltas a algo que ni siquiera sé.
Busco, pero no doy encontrada la razón de este estado de ánimo tan bajo.
Es inexplicable de decir con palabras, aunque sepa cómo es el dolor que siento.
Será pena por algo... No sé, alomejor es un querer pero no poder.
La mente es fuerte, sí, pero difícil también.
Como un laberinto que no tiene ni salidas, ni entradas; y te sitúan en el centro de una nada.

Ausente es la palabra que me corresponde en estos momentos.
Si me hablas, no esperes mi respuesta.Porque no te estaré haciendo caso... Además, no me apetece hablar.
Quiero estar sola, como de costumbre.
A veces desearía no haber nacido... Porque a veces, pienso en cómo sería todo esto sin mí...

Pero creo que cuando encuentre lo que busco... Será el momento en el que le encuentre un sentido al menos a esta estúpida vida.

Y la gente me llama rara, aburrida...
Y la ignorancia... En estos casos es la mejor contestación, porque sé que para ellos, mi estado no tiene lógica dentro de sus cabezas, y no merecen una mala contestación, porque si me pongo en su lugar, lo entendería.

Pero hay una solución:
- Dejadme sola, sabeis que me gusta.
Y es estúpido, porque a pesar de saber más o menos todo esto... Y todo de diferentes personas... Sigo sin saber el porqué de mi silenciosa tristeza.
Pero mañana será otro día...
Supongo, aunque no me quejo de la soledad.


Y ahórrate preguntarme que me pasa.
Yo me trago mis problemas sola.

Uno, dos, tres.

Tres pasos separan mi cama de mi ventana. Tres pasos separan la realidad de la imaginación. Uno, dos, tres... El gris del cielo se tiñe del azul de mis pupilas, las nubes liberan a un sol radiante y caliente, un corazon herido encuentra una cura para su dolor, una chica insegura y temblorosa se convierte en una niña con toda una vida por delante y sin ninguna preocupación. Tres , dos, uno... El gris vuelve junto con las nubes, el corazón vuelve a sangrar y no hay cura para su hemorragia. La niña vuelve a convertirse en mi.




Solo tres pasos...

Difícil de comprender, imposible de creer.

La puerta entre abierta, el sofá dado la vuelta, la rosa que el me dió seca y sus petalos esparcidos por toda la habitación. Decido salir ya que no aguanto ver esa habitación vacía y sin ninguna pista de que hubieras estado antes allí. Cojo el coche y pongo le volumen a tope, por un segundo consigo dejar de pensar en ti . Derrepente te veo enfrente del coche, intento frenar y en un vano intento de derrapar choco contra una vaya publicitaria. No siento dolor. Salgo del coche y sorprendentemente sigues ahí, me abrazas. me coges de la mano, y mientras juegas con un mechon de mi cabello, me susurras lentamente al oido que me quieres y que siempre estás ahí aunque no te vea. Derrepente, noto una gran descarga eléctrica en mi dolorido pecho, abro los ojos y contemplo desolada la imagen que me rodea; una habitacion llena de médicos y enfermeras. Es entonces cuando comprendo que sigues muerto.

Esquizotípica.

Son los labios del amanecer los que acarician sus lágrimas resecas y, poco a poco, va despertándose del profundo aguacero en el que estaba sumergida. Sin darse cuenta, busca a tientas entre las sábanas. Después sonríe y abre los ojos; le brillan.¿Dónde están tus buenos días, mal educado? ¿Dónde descansa tu brazo si no es junto a ella? ¿Y la luna que un día le prometiste bajar? ¿Qué hay de los pétalos de esas estrellas que cazabas desde el mar? ¿Y el sonido de aquella nana que ya no le hace soñar?


Ella siempre camina mirando el suelo, por si ve tu rostro en las baldosas o en los charcos. Por si oye tu voz en los crujidos de las hojas o si lanza una lata y va a parar a tus pies. Y su vida se reduce al letargo de tu adiós, que reconcome sus pupilas sin permitirles observar la realidad. ¿Te has dado cuenta alguna vez? Es la música de tus latidos la que se inyecta en las venas y la nieve de tu piel en la que le gusta revolcarse. Ella tiene una solución para cada estación del año: si en otoño llueve mucho, bebe las gotas de tu saliva que caen del cielo; y si en primavera no nacen flores, planta las semillas de tus sonrisas. ¿Traerás más comida china para compartir? ¿Volverán los viajes en coche sin dirección predeterminada?Ella sigue su camino mirando el suelo.


Cuando se acuesta en la cama, cierra los ojos despacito y se imagina a sí misma allí tumbada, en la cama de su habitación. Después sonríe y abre los ojos; le brillan.
Suele fingir que te ve y levanta un brazo para acariciar el espacio vacío donde deberían encontrarse tus mejillas. Luego se acerca un poco más y se funde un abrazo incorpóreo, sujetando la nada entre sus brazos, sintiendo el contacto del abismo que os separa.
Suena la música de su llanto, sollozos silenciosos en mitad de una oscuridad. Y aunque ella no ve nada, finge que tú también sonríes y le acaricias el pelo.


¿Dónde te has ido sin ella?

¿Dónde está la vida?

- ¡Jane, espera! - gritaba inútilmente Paul.
Jane corría y corría calle abajo, sin detenerse, sin mirar hacia atrás. Corría con la desesperación acelerada en sus pies, que parecían volar con cada zancada. Sus jadeos rechinaban en su sien, se ahogaba y la garganta le pedía un respiro. Pero no había respiro para Jane, se estaba dejando la vida en aquella huida.
- ¡Jane, espérame! ¡Por favor! ¡Para!
Paul trotaba a una distancia considerable de ella, dando trompicones y con la vista empañada por las lágrimas. Pero no le importaba no divisar las calles, ni la calzada. Él sólo se fijaba en la borrosa figura que corría delante de él.
Gritaba desgarrándose la voz entre sofoco y sofoco aunque sabía que ella no conseguía escucharle. Sabía que no iba a llegar a tiempo. Sabía que esa sí era su última vez y se sentía engañado, atormentado, se sentía víctima y culpable.
Entonces, al llegar a la esquina, Jane se detuvo y se volvió para mirarle. Paul, a demasiados metros de ella, también.
Llevaba el pelo en la cara, revuelto, sudoroso y aún así, brillaban los reflejos dorados.
Paul miró aquellos ojos verdes en los que tantas veces se había perdido y supo que no volvería a verlos.
La fina lluvia bañaba las calles.
Ella había desaparecido, pero Paul volvía a correr calle a bajo hasta llegar a aquella esquina. Aquel horizonte que se la había llevado, aquel abismo.
La lluvia, ahora era un diluvio. El réquiem por un amor deshojado.
Paul miró al cielo completamente empapado y, tras escuchar el trueno que daba comienzo a la tormenta, llorando dijo:
- Yo también la echo de menos.

Querido diario . . .

A ciencia cierta ahora todo gira a mí alrededor. No sé exactamente quién soy ni que estoy haciendo, solo tengo clara una cosa.He estado llorando varias horas, ¿a causa de qué? Solo yo lo sé. No me siento mejor por haberlo hecho y tampoco creo que por ello nada vaya a cambiar, pero me he sentado y he decidido narrar una vez mas mi misteriosa vida, y con ella, como cada día, su dulce sinfonía.
Aproximadamente creo que he estado unas tres horas contemplando cada una de las fotografías que han ido marcando mi inicio hasta el día de hoy. ¿Y qué he encontrado? El principio de unos pasos, las caídas, risas y fotografías de ensueño. También se encontraban los recuerdos de mi infancia, que han ido aflorando en mi mente a la vez que el tic tac del reloj sonaba. Me atrevería a decir que he pensado en caer de nuevo en las redes del pasado, pero soy mas fuerte de lo que creía, y no he dejado que unas absurdas lágrimas pudieran conmigo. He malgastado poca de la energía que llevo en tirarme al suelo y pensar en lo que he sido. Y no con eso he encontrado explicación coherente a lo que me sucede. Es como si me hubieran encerrado en un frasco de cristal y en mitad de una playa, con el movimiento de una ola me hubiese marchado, agitándome de un lado a otro para intentar escapar. Como si me hubieran arrancado los pulmones en un suspiro, y todo el aire que tomo se quedase anclado en mis venas y lentamente me fuese haciendo desvanecer. Son sensaciones de agobio, frío...
He pasado largas horas escribiendo, y aún así no he encontrado la respuesta a mi absurdo problema. En cada papel había una frase, una palabra, y entre ellas no existía relación alguna. Quizá me siento perdida, no sé muy bien de lo que hablo, ni tampoco tengo sentido de lo que está ocurriendo. ¿Cuánto va a durar? ¿Horas? ¿Minutos? ¿Segundos? Me estoy agitando en un sentimiento sutil, algo muy lírico.Nunca me había costado tanto expresarme, enseñar lo que en estos momentos pasa por mi mente. Desearía que nada estuviera pasando. Que fuera yo quien eligiera, o que todo estuviese de mi lado. Pero siento que pierdo la partida y no entiendo que puedo hacer para frenarlo. Una, dos y hasta tres copas de alcohol no son las suficientes para que lo melancólico que recorre mis venas se esfume. Necesito un ejercito de medicina que haga que florezca, una sonrisa.Siento que me falta cariño, hay una parte en mi que no está completamente llena. A veces cuando me siento oigo muy bajito la llamada aguda de una voz. En ocasiones grita queriendo decir algo, necesita expresar lo que hecha en falta... pero en otras aborrece cada una de mis ideas y se manifiesta de maneras innecesarias. Ultimamente lo único que se de ella es que está tranquila, ha probado cosas nuevas que la gustan, pero no sabe decirme el qué. Por ello estoy perdida, no encuentro lugar al que caminar, ni tampoco veo sitio en el que encaje.Quizá mi destino sea perderme entre un ardoroso mar de llamas, y allá muy a lo lejos encontrar una salida, pero sabiendo que nunca la llegaré a coger. Quizá todo ahora este en mi contra, el viento no sople en mi dirección, y mis sentimientos no sean los correctos.
Tiempos de amor, de llanto. Me estremezco, hasta llegar a pensar cosas demasiado personales. Imaginación por mi parte, está claro. Pero de pequeña me dijeron que soñar es gratis, por ello, hace poco que has empezado ha aparecer en mis sueños. Miento, digo que soy igual que todos, pero los más cercanos sabemos que escondo algo, demasiado misterioso e inquietante. En ocasiones me encantaría hacer saber a las estrellas de mis problemas, gritarles una y mil veces lo que pasa por mi mente. Pero ahora ando perdida. Deberán ser ellas las que me griten mi camino, las que me guíen por la razón de la vida. Lloraré, y secaré mis lágrimas, y como si no hubiera sucedido nada, saldré a la calle. Y dependiendo de cómo vaya mi vida, sacaré o no una de mis maravillosas sonrisas, que ahora guardo bajo llave en un cajón, del cual solo tú tienes la llave.

Exclavitud.

Muchas veces el corazón se desgarra poco a poco, cada filamento se va desprendiendo de su compañero, y mientras yo hago sordos sus sonidos y finjo que no pasa nada, que nada me molesta, que no muero día a día, viendo como todo pasa ami alrededor. Viendo como todo se derrumba, como todos los sueños, ilusiones y echos, se desvanecen en el olvido. Como soy la única en recordar todo. Como nadie le da importancia a lo que antes muchos le dábamos incluso más de la que debería haber tenido. Como siempre lo nuevo llama más la atención.
Me da asco, repelús e incluso ganas de vomitar, como la gente traiciona, como la gente miente, como la gente juega con los sentimientos de los demas. Pero, aunque haya querido alguna vez, y esa persona me haya engañado, jamás derrame una sola lágrima por esos echos que deberían haberme causado dolor. Jamás he derramado una lágrima, por que alguna "amiga" me hubiese fallado. Jamás me ha molestado Soy neutra ante los echos que pasen a mi alrededor, tengo una capa que me protege o me hace incompleta. Muchas veces me doy asco, miedo y fastidio. Cuando me llaman falsa será por esto, porque me da lo mismo si te enfadas conmigo, me da lo mismo si me puteas, me da lo mismo si te lias con mi novio, me da exactamente igual. Pero si tu lloras, si tu sufres, si te putean o te engañan.. me pogo mal yo. Por ti, pero también porque mi corazón está ligado a tus sentimientos.
Esto no es amor, esto es exclavitud. Hacia todos, no una simple persona, una enconcreto... sino engeneral.

Monotonia.


Los días van pasando junto a la monotonía, uno después de otro.. A penas se diferencia el día anterior del siguiente, son como eslabones de una interminable cadena.. Te sientes vacío, como si realmente te faltara algo imprescindible en tu organismo. Hasta que, por fin, surge el cambio. Pero es tan inesperado, que ni siquiera te percatas de que está ahí. Y puede que incluso llegue el momento en el que, sencillamente, te aburra.
No sé por qué, pero siempre se me acaba la ilusión por casi todo. He llegado a un punto en el que, aún siendo una innovación reciente, la desecho antes de disfrutarla de verdad. Pero no llamaría excentricidad al intento de destruir una monotonía ya no tan elevada, sino una búsqueda de mi propio interés.. Afán de hacer cosas fuera de lo que denominan normal, porque una vida organizada, sin suspense, con pasividad, y predeterminada es imposible que llene a alguien lo suficiente como para sentirse vivo. Ahora bien, si hay personas que aún estando vivos, prefieren sentir que están muertos, es porque todavía no conocen lo que verdaderamente significa existir.

¿Nos preocupamos por vivir o vivimos por preocuparnos?