Nunca apartaré mi mundo de la literatura, y aunque también finja no verte, bien sabemos que en mi prosa te escondes y entre mis palabras juegas.
Difícil de comprender, imposible de creer.
La puerta entre abierta, el sofá dado la vuelta, la rosa que el me dió seca y sus petalos esparcidos por toda la habitación. Decido salir ya que no aguanto ver esa habitación vacía y sin ninguna pista de que hubieras estado antes allí. Cojo el coche y pongo le volumen a tope, por un segundo consigo dejar de pensar en ti . Derrepente te veo enfrente del coche, intento frenar y en un vano intento de derrapar choco contra una vaya publicitaria. No siento dolor. Salgo del coche y sorprendentemente sigues ahí, me abrazas. me coges de la mano, y mientras juegas con un mechon de mi cabello, me susurras lentamente al oido que me quieres y que siempre estás ahí aunque no te vea. Derrepente, noto una gran descarga eléctrica en mi dolorido pecho, abro los ojos y contemplo desolada la imagen que me rodea; una habitacion llena de médicos y enfermeras. Es entonces cuando comprendo que sigues muerto.
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