Querido diario . . .

A ciencia cierta ahora todo gira a mí alrededor. No sé exactamente quién soy ni que estoy haciendo, solo tengo clara una cosa.He estado llorando varias horas, ¿a causa de qué? Solo yo lo sé. No me siento mejor por haberlo hecho y tampoco creo que por ello nada vaya a cambiar, pero me he sentado y he decidido narrar una vez mas mi misteriosa vida, y con ella, como cada día, su dulce sinfonía.
Aproximadamente creo que he estado unas tres horas contemplando cada una de las fotografías que han ido marcando mi inicio hasta el día de hoy. ¿Y qué he encontrado? El principio de unos pasos, las caídas, risas y fotografías de ensueño. También se encontraban los recuerdos de mi infancia, que han ido aflorando en mi mente a la vez que el tic tac del reloj sonaba. Me atrevería a decir que he pensado en caer de nuevo en las redes del pasado, pero soy mas fuerte de lo que creía, y no he dejado que unas absurdas lágrimas pudieran conmigo. He malgastado poca de la energía que llevo en tirarme al suelo y pensar en lo que he sido. Y no con eso he encontrado explicación coherente a lo que me sucede. Es como si me hubieran encerrado en un frasco de cristal y en mitad de una playa, con el movimiento de una ola me hubiese marchado, agitándome de un lado a otro para intentar escapar. Como si me hubieran arrancado los pulmones en un suspiro, y todo el aire que tomo se quedase anclado en mis venas y lentamente me fuese haciendo desvanecer. Son sensaciones de agobio, frío...
He pasado largas horas escribiendo, y aún así no he encontrado la respuesta a mi absurdo problema. En cada papel había una frase, una palabra, y entre ellas no existía relación alguna. Quizá me siento perdida, no sé muy bien de lo que hablo, ni tampoco tengo sentido de lo que está ocurriendo. ¿Cuánto va a durar? ¿Horas? ¿Minutos? ¿Segundos? Me estoy agitando en un sentimiento sutil, algo muy lírico.Nunca me había costado tanto expresarme, enseñar lo que en estos momentos pasa por mi mente. Desearía que nada estuviera pasando. Que fuera yo quien eligiera, o que todo estuviese de mi lado. Pero siento que pierdo la partida y no entiendo que puedo hacer para frenarlo. Una, dos y hasta tres copas de alcohol no son las suficientes para que lo melancólico que recorre mis venas se esfume. Necesito un ejercito de medicina que haga que florezca, una sonrisa.Siento que me falta cariño, hay una parte en mi que no está completamente llena. A veces cuando me siento oigo muy bajito la llamada aguda de una voz. En ocasiones grita queriendo decir algo, necesita expresar lo que hecha en falta... pero en otras aborrece cada una de mis ideas y se manifiesta de maneras innecesarias. Ultimamente lo único que se de ella es que está tranquila, ha probado cosas nuevas que la gustan, pero no sabe decirme el qué. Por ello estoy perdida, no encuentro lugar al que caminar, ni tampoco veo sitio en el que encaje.Quizá mi destino sea perderme entre un ardoroso mar de llamas, y allá muy a lo lejos encontrar una salida, pero sabiendo que nunca la llegaré a coger. Quizá todo ahora este en mi contra, el viento no sople en mi dirección, y mis sentimientos no sean los correctos.
Tiempos de amor, de llanto. Me estremezco, hasta llegar a pensar cosas demasiado personales. Imaginación por mi parte, está claro. Pero de pequeña me dijeron que soñar es gratis, por ello, hace poco que has empezado ha aparecer en mis sueños. Miento, digo que soy igual que todos, pero los más cercanos sabemos que escondo algo, demasiado misterioso e inquietante. En ocasiones me encantaría hacer saber a las estrellas de mis problemas, gritarles una y mil veces lo que pasa por mi mente. Pero ahora ando perdida. Deberán ser ellas las que me griten mi camino, las que me guíen por la razón de la vida. Lloraré, y secaré mis lágrimas, y como si no hubiera sucedido nada, saldré a la calle. Y dependiendo de cómo vaya mi vida, sacaré o no una de mis maravillosas sonrisas, que ahora guardo bajo llave en un cajón, del cual solo tú tienes la llave.

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