Oye chica, tu... tu tienes talento.
Tu tienes ese algo que te va a llevar lejos.
Ese algo que te separa de nosotros.
Yo quiero tu algo, me da una envidia tremenda ¿sabes?
No se como decirtelo cuando tu ya lo sabes. Es como cuando vas por la calle y pasas por delante de ese cuarentón de la oficina de en frente y sabes, casi seguro, que te sonreirá y cuando pases, se girará y te mirara con cara de asaltacunas. Y por eso, por que lo sabes, le sonries tu antes y te giras para guiñarle un ojo. Lo cual le deja fuera de si, y te giras de nuevo y hechas una risilla malevola como cuando comias chocolate a escondidas de pequeña.
Es esa inocencia tuya, que ya cumplidos los 15 mantienes.
Niña, te veo ahí tumbada en tu cama, abrazada a tu almohada entre tus mil millones de peluches, y me das una envidia tremenda. Cosa mala me empieza a parecer. Por que, se que todas esas cosas no las aprecias como yo, y como se que nunca las vas a perder, doy por hecho que nunca las apreciarás. Y por eso, pequeñaja, te escribo todos los dias en la pizarra que te quieras un poco mas y quieras a los demás un poco menos, que se que todo lo que haces, es por hacer felices a los que te rodean, y, en definitiva, a todos los demás.


Tu sigue soñando y no pierdas ese algo que envidio, que sino, yo te perderia a ti, y, al contrario que tu, soy terriblemente egoista.


(Texto que me dedico una gran escritora, Angela, gracias me ha encantado)

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